jueves, 29 de septiembre de 2011

José Luis Quirós Manjón (Pipas): Adornan la monotonía


Un profundo y ancho valle. Lo ves y dejas a tu espalda. Un montón de árboles pasan como rápidas fotografías. Tragas todo, no coges nada. No sabes nada de su vida. Lo de estos parajes que ves y los dejas.

Una gota de nostalgia cae perezosa de tu mente al soñar sobre el insólito y trágico latir de sus días. No haces caso, dices lo bonito que adornan tu monotonía. 

Todas estas cosas están habladas con el ritmo de lo pasado, aunque sea hace bien poco.

De noche, sin saber donde ir el laberinto de tu cabeza, muestras las desganas de pasar, la desgana de plasmar todo lo que ocurre aquí.

De noche, entre luces y coches, tu cuerpo es un pesado que no te deja vivir. La gente que te encuentras puede mostrarte la realidad en la que encuadrado estás, aun sin darte cuenta.

De noche es un día sin energía, a no ser por especial del caso que requiera. (sic)

De noche, en el letargo penoso, arrastras el martirio de tu complicada vida.

De noche, cuando caminas en las caras raras, dibujas el bodrio en que ellos circulan.

De noche, cuando el tiempo es lento y no sabes como pasarle, se derrumban las casas y ta (sic) en ellas no acabas permanente en el infierno.

De noche, puedes pensar lo que has hecho en el día (y en) lo que harás mañana.

De noche puede servir de día, pero, si te obligas y te dejas atrapar, es una carga pesada que no sabes como desechar.

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