miércoles, 14 de septiembre de 2011

José Luis Quirós Manjón (Pipas): La angustia del deseo 2


Me doy cuenta.
Yo soy así.
No lo olvido.
Cuando vayas por la calle
alguien te mirará,
alguien te ignorará
y tu los compararás.
¿Dónde está el individuo
en estos complejos?
¡Oh, no!  ¡Oh, no!
eso es circunstancia
del 'patrón' modélico
infundido en la carne
y no tiene nada que ver
con el 'patrón' individual
que el espejo te da
y tu puedes ver.        (Vaya lío)
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Una pared blanca
reflejo de una simbiosis
(...) de ausencias.
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Un hombre álgigo
apoyándose en la estela
de arriba, superior,
porque no llegas.
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Un hombre que te puede enseñar
una triste realidad,
una muestra oculta
que sale en esas circunstancias.
Pasa y le miras. 
Sigues pensando cerrado.
Bordeas. Le das de lado.
Quisieras. Eres un topo.
Hay cantidad de ellos.
Un hombre necesita
sostenimiento, un soporte.
Está volando como el humo.
Va circulando apresurado
y tu mente le acecha.
O pasa de largo.
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Me gustaría verme envuelto
en la brisa corpórea de la bruma
soplando a su tiempo.
Humedeciendo los labios secos
de la agitada noche. 
Tengo ganas de lanzarme
al vacío espacioso
del movimiento mío,
independiente, ajeno
a las influencias paternales
de melómanos altruistas.
Poseyendo el valor y la fuerza
de un vagabundo travieso
acelero el impulso de la vida
satisfecho a dosis directas
de rabia y contento
expresado en propia piel
sin barreras ni sustento. El caos infernal
murió de pena.
Los pasos seguros
reventaron la duda.
---
Si te quedas solo
acude a tu amiga.
Mira el suelo.
Avanza trémulo.
---
Acudes al sabor esencial
de la convivencia recta.
Los bloqueos no existen
al evitar lazos y familias. 
Mezclado en el embrujo
que el rito hacia
fuiste la magia
del momento aquel.

Nota del autor: Poesías incompletas. El contenido, las sugerencias pudieran ser muchas mas.

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